Metodología humanista
La
educación humanista considera a las personas como fines en sí mismas, y no como
simples instrumentos para conseguir otros objetivos. El profesor humanista, en
suma, adopta una especie de mayéutica socrática para colaborar así en el parto
de seres mis espontáneos, auténticos y reales. (CAPO, 1986) .
Es
por esto que el maestro debe crear ambientes de aprendizaje que vallan
encaminados a una educación de calidad, participativa con la creación de
planeaciones argumentadas, tomando en cuenta las necesidades de los alumnos su
contexto y sus intereses hacia el aprendizaje.
En
este sentido es importante reconocer que se aprende (comprende) de la
experiencia, siendo este aprendizaje un proceso activo, afectivo, emocional, en
el que participa el organismo como totalidad.
Afirma
Andaluz (1983) que el aprendizaje debería ser alegre y creativo, y que llevase
el placer de descubrir que algo es posible. Este tipo de "aprendizaje
vivencial, experiencial, significativo, es el que va con la naturaleza, con el
crecimiento y la actualización de sí mismo en el camino de la evolución humana.
En
la contemporaneidad la escuela ha perdido presencia en la formación y
socialización de los jóvenes, y cohabita con otras instancias comunitarias y
culturales que contribuyen a ello, como los grupos urbanos de pares y los
medios de comunicación. En correspondencia con ello, las grandes
transformaciones de la educación en los últimos años suponen el establecimiento
de nuevas modalidades y estrategias de formación y socialización. (Duarte, 2003)
Conceptualizar
los ambientes educativos desde la interdisciplinariedad con un enfoque
humanista enriquece y hace más complejas las interpretaciones que sobre el tema
puedan construirse, abre posibilidades cautivantes de estudio, aporta nuevas
unidades de análisis para el tratamiento de problemas escolares y, sobre todo,
ofrece un marco conceptual con el cual comprender mejor el fenómeno educativo,
y de ahí poder intervenirlos con mayor pertinencia. (Duarte, 2003)
El
ambiente es concebido como construcción diaria, reflexión cotidiana,
singularidad permanente que asegure la diversidad y con ella la riqueza de la
vida en relación (Duarte,2012). La expresión ambiente educativo induce a pensar
el ambiente como sujeto que actúa con el ser humano y lo transforma.
Generar ambientes de aprendizaje atractivos y de calidad, que potencien
el desarrollo de los jóvenes y satisfagan sus necesidades, supone atender una
serie de dimensiones que incluye el ambiente físico (instalaciones, espacio),
los materiales didácticos, la formación inicial y continua de los docentes, el
currículo, la concepción de la práctica educativa, la interacción entre niños y
docentes y la gestión de los centros. (Carillo, 2005)
Se
reconoce que un sujeto aprende a través de un proceso activo, cooperativo,
progresivo y auto dirigido, que apunta a encontrar significados y construir
conocimientos que surgen, en la medida de lo posible, de las experiencias de
los alumnos en auténticas y reales situaciones.
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