En ésta ocasión hablaremos de una bailarina latina que ejerce su trabajo creativo como danzante y escritora, en el cual se refleja el carácter reflexivo de su experiencia corporal llevada a la escritura en donde convergen una danzante y una poeta indispensable para la danza contemporánea en América Latina.
LA DANZA, ESE LENGUAJE...A menudo pongo mis vivencias y mis pensamientos nacidos bajo el signo de la danza.
Se que este aspecto reflexivo que acompaña mi actividad creadora es solo una aproximación, una vertiente hacia el diálogo.
El acto de danzar es único, insustituible.
Ningún otro lenguaje, por afín que le sea, podría sustituir ese lenguaje que es la danza.
La danza implica una meditación acerca del cuerpo, de ese lugar desde donde se proyecta el transcurrir de nuestra existencia.
"El hombre es ese animal singular que se contempla vivir, que se confiere un valor"- nos dice Paul Válery , poeta que bastante meditó acerca de la danza-.
Yo vivo, yo existo y me observo a mí misma viviendo dentro de esta estructura epidérmica que me contiene. Al mismo tiempo el cuerpo me protege, me da concreción, me sitúa en relación a los otros, me ofrece un punto de vista...El cuerpo no es solamente el límite de piel que me resguarda en mi soledad. Es también contacto, abertura hacia los..otros y hacia lo otro como fuente amorosa de conocimiento.
La piel, superficie sensible, es también materia irradiante, sabia, que se magnetiza con la danza.
Sonia Sanoja (fragmento) en "Bajo el signo de la danza". 1992. Venezuela
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