viernes, 14 de octubre de 2016

De la poesía erótica

Empecemos definiendo al Erotismo. La palabra es en esencia de origen griego (en latín la palabra adquirió otro significado, que no va por el momento a lugar) que hace referencia al dios griego Eros, al cual se le atribuía el deseo sexual, también se le veneraba por la fertilidad. Solo para los hombres, de las mujeres se encargaba Afrodita.

(Fragmento)
"Temí morir herida por arma tan grande,
pero natura pródiga la virgen al formar,
le ha dado blandas fibras que abren al instante,
y dejan aquel monstruo tranquilo pasar"

"Las sensaciones" de Clementina del Castillo.



En la poesía erótica, la poesía toma como elemento el cuerpo, para exaltar las pasiones que éste puede provocar. A lo largo de la historia, la poesía erótica ha tenido su lugar, un lugar que no me parece justo. Ya que en algunas épocas se ocultaba y en otras solo no se menciona. Si nos ponemos a escarbar entre tantos poetas y de éstos poetas entre sus poesías, encontraremos todo ese mar de poesía erótica.

¿Qué diferencia hay, entonces, entre el erotismo y la pornografía? 

El erotismo nunca cae en lo vulgar, hace un uso exquisito de la lengua para plasmar las pasiones que un cuerpo de hombre y mujer emanan, alimentando la sensualidad y haciendo más grande el deseo.

La pornografía, simplemente muestra el acto sexual, por la pura necesidad de consumarlo.

A lo largo de éste blog, compartiré la poesía "prohibida"de varios poetas, con un poco de su historia.









Leticia Hülz
¿Sera esto el mar? 1984



Sola ya, despaciosa, me lleno de tus besos. Sonrio ante

el espejo, gesto tantas veces repetido. Hay un rubor que
me delata. Mi cabello húmedo y castaño se desliza a la
par de los caracoles cenizos de tu pelo. Siento tu risa
en el cuello, tu respiración al oído, levanto mi rostro para
sentirme próximo. Mi suéter huele a tu loción de vándalo.
Me quito las medias y veo mis piernas deformes en el
cristal: anches, largas abarcando el espacio. El nylon
es un mero simulacro del tacto. Mis pechos se yerguen
buscando el sol enrojecido, el surco hondo nos separa
guarda aún el olor de tu piel.
Estar contigo es algo más que estar contigo, es este estar
conmigo, mi suave piel, mi compañía, mi cuerpo otra vez
solo recorriendo la distancia de mi ombligo a mi
triángulo. Dejo que mi mano cuide la selva. Palmo lo frío
de las sábanas en el atardecer ambarino y metálico. 













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