jueves, 20 de octubre de 2016

ESCRIBIENDO DESDE EL MOVIMIENTO

POEMARIO LATENTE.
Trabajo realizado en la materia de Teoría Literaria en el cual debíamos exponer qué eran para nosotros las Bellas Artes, para ésto, decidí hacer un especie de poemario.

¿Qué serás?

Me piden que hable de ti, que te encierre en un pensamiento, palabra, verso, cuento e incluso un soneto completo.

Tal vez no entiendan que tu voz me alcanza para llenar el vacío más absoluto de la existencia humana, que me basta para pensar que mi pueblo habla, que mi país grita y que mi tierra canta.

Me pongo aquí, me volteo, me siento, me pregunto el por qué no puedo concebirte en un pequeño verso, pues tu infinita belleza me pone a dar giros en la cabeza y pareciera que escribirte se vuelve tan obsoleto ahora mismo en mis manos en este rincón de un cuarto.

Me haces falta por todos mis rincones más fríos, le haces falta a las sombras que caminan es este mismo circuito, le haces falta al universo que se está hundiendo en la guerra de un mundo terriblemente completo.

Me piden que te escriba y yo solo te quiero, te lloro, te admiro en un abrir y cerrar de ojos, me propones la “insoportable levedad del ser” o “el grito” jamás escuchado, me invitas una “sinfonía” en un “lago de los cisnes”, bailas con Isadora y Gauguin te dice “nunca jamás”, me revelas un futuro escondido del que todo el mundo habla, y por eso, todo lo que haga que te llames “Arte”, eres la mejor obra de arte.


El azul o café o gris o rojo más infinito.

Dicen que habitas donde la mar se esconde o donde los sordos aprenden a oír por el sonido del paisaje, también he escuchado que te nombran en todo el devenir del tiempo.
La gente se sumerge y vuelve a nadar en palmeras indefinidas, se cuelga y balancea en mares secos y furiosos, observa la caída de un lago de pintura y vuelve a chapotear en el óleo de una figura.
Te llamas mancha y me quedo con tu pincel de silueta lunar.

Así me hubiera escuchado en el temblor del 68, ¡Por qué no simplemente te caes! Y luego con tus manos francas me hubieras cacheteado la razón, te hubiera pedido que me cobijaras por un rato en lo que pasaba la maldición de la tierra tirada.
Naces con un sueño y aguantas hasta tu transformación en la mirada de otros cuerpos, te llaman fuerza porque no te caes ni ahora, ni mientras te siga soplando la historia.

Cantera.

Vamos rompiendo el hielo con una sonrisita sabor a viento, anda, levántate y ven a correr por todos los campos.
Eres infinita y tan clara como la pupila limpia, eres fría y solitaria pero con una mariposa dentro de aquel caparazón que nunca te destapa, eres cantera porque la vida te quiso duradera, eres quieta porque te gusta posarle a la esencia.
Mírame con la esencia, cultívame con tu fuerza y pósame con la piedra

Lo que las manos dictan.
No es que tu nombre me sepa a este mismo acto en el que ahora me encuentro, por qué uno tiene que encontrar la palabra correcta para no llamarte poesía o querer encontrarte en un montón de palabras que no entiendo cómo estructurar.
Me siento de noche frente a la hoja en blanco y lo único que pienso es en hacer un buen poema, uno donde no tenga que hablar de por qué escribo sobre ti, uno donde no tenga que partirme en dos para explorar tu esencia, uno donde solo escriba por el mero placer de la escritura.
Hoy me desperté queriendo hacer un buen poema y no recapitulé, que tu esencia es la prosa más correcta. 

Armonía.

Es en ti dónde por primera vez me enamoro de la sonoridad de las aguas, es en tu tacto dónde la lluvia me colma de notas con sabor a sonata, es tu viento el que me salva de la podredumbre de un oído necio, es tu calma, tu furia, tu cadencia, tu disonancia y armonía, es tu voz escrita en una carta.
Lo cerros llamaron tu presencia y los ríos quisieron acoplarse con la luna, le cambiaste la semblanza a la partitura y volaron en tu espacio las estrellas.

Tu escalera es muy larga, recorre uno a uno los segundos en que mi columna vertebral se desplaza por toda la cama, subes bajas y vuelves a bajar como si la luna necesitara muchas pinceladas.
Cállame la boca con uno de esos movimientos que haces con tus hojas, revélame la sonoridad de las horas y no dejes nunca que muera sorda de tu tacto, de tu agonía, de tu suspiro de alas rojas.

No me dejes tan disparada en el blanco de un punto en el piano, no dejes que las cuerdas exploten en una guerra de tonadas, no dejes que te quiten la voz porque es la que ahora nos canta, no abandones tu pueblo, no abandones la lucha porque en la cumbre de todas sus voces de agonía, está la historia de tu escritura.


Postergando el fin del movimiento.

Nación en el momento en que quisiste moverte de tu calma, nació cuando la cadencia de tus pasos le cegó la mirada, nació cuando dos dedos ya sabían decir “Te quiero”.

¿Por qué será que eres la cascada de cuerpos dorados, en un fluir del agua que de repente se estampan con las rocas y explotan como siluetas enamoradas?

Eres la transformación de un capullo que quiso quitarse los zapatos y copiarte un rato, se quitó la ropa porque quería descubrir el relieve de sus curvas peligrosas, se quitó la cordura para encontrarse con la inspiración de una postura, se quiso hacer bailarina silenciosa porque mariposas, había pocas.

Revélame el zodiaco de mi esencia, fluye con en el verso y déjate elevar por el sonido de los cerros, duerme en una nube donde tus pasos sean más que un acto, baila, mariposa en pleno vuelo que te sigue tocando a ti, postergar el fin del movimiento.



1 comentario:

  1. Compañera no puedo creer todo lo que escribiste, verdaderamente eres una artísta, todas tus cualidades lo demuestran. Muchas felicidades, hermosos poemas :)

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