II. LA DANZA COMO METÁFORA DEL CUERPO POÉTICO.
La danza es escritura y ésta no hace más que escribir
metáforas.
Hablar de metáfora nos implica un proceso de pensamiento y
cuerpo como uno mismo. Toda nuestra propuesta anterior apunta a saber sobre el
cuerpo o entender el cuerpo de manera no disociada entre pensamiento y la
estructura física, estos son un devenir constante de la realidad de las
personas en donde no hay cabida a tener muchas partes del cuerpo, el cuerpo es
todo, mi cuerpo soy yo.
Ahora bien, ¿por qué decimos que la danza es la metáfora del
cuerpo poético?
Un cuerpo poético no se descubre en el mundo por
coincidencia de las circunstancias en las cuales se ha contagiado de la danza.
Un cuerpo poético se descubre porque sus vivencias quieren quedar escritas.
Cuando la danza contagia a un cuerpo, esta está siendo
escrita desde otras vivencias, otros cuerpos están haciendo metáforas y estás
son el contacto que te lleva a padecerla. Una vez que llega a ti no hay manera
de ignorarla y surge el proceso de descubrimiento de un cuerpo accionante que
vive una vida danzada que se presenta a otros cuerpos, ese es un logro de
metáfora.
La danza como metáfora apunta a esa escritura de nuestro
cuerpo poético como ser en el mundo, entendiendo que nuestro ser en el mundo ya
está siendo en la danza porque mientras escribe se descubre y mientras es leído
acciona. Eso sería un alcance de hacer metáfora.
Itzia Erideni Suárez Mejía
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